Las autoridades monetarias de la República Dominicana han estado trabajando arduamente para mantener la estabilidad macroeconómica en medio de desafíos internos y externos. Sin embargo, este esfuerzo ha tenido un alto precio, especialmente reflejado en el creciente endeudamiento del Banco Central dominicano (BC).
Según datos oficiales, entre el año 2000 y el cierre del 2020, la deuda del BC se elevó desde US$1,156.1 millones a US$12,227.8 millones, con un aumento anual promedio de US$582.7 millones durante esos 19 años.
Sin embargo, la situación cambió drásticamente a partir de 2020. Desde entonces hasta el cierre de 2023, la deuda de la institución monetaria alcanzó la cifra de US$18,403.4 millones, marcando un ritmo de endeudamiento anual de US$2,058.5 millones, casi cuatro veces más que el promedio de las dos décadas anteriores.
Durante el período 2021-2023, la economía dominicana enfrentó espirales inflacionarios a nivel internacional, que tuvieron un impacto significativo a nivel local, especialmente en el aumento de precios de materias primas, alimentos y bienes terminados.
En respuesta, las autoridades del Banco Central intensificaron las medidas de contracción para evitar una devaluación masiva y controlar la inflación. Esto implicó desincentivar el consumo interno mediante incrementos en los costos del dinero y la reducción del circulante, lo que a su vez contribuyó al aumento de la deuda.
Aunque el resultado ha sido relativamente positivo, con una inflación controlada que ronda el 3.38% al cierre de marzo de este año, la realidad es que el costo ha sido significativo. La deuda del BC ha aumentado en un 50.5% en los últimos tres años, pasando de US$12,227.4 millones en diciembre de 2020 a US$18,403.4 millones al cierre de 2023.
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