La preocupación se ha instalado en Phoenix tras la lesión de su estrella, Kevin Durant, durante el partido contra los Rockets de Houston. El alero tuvo que ser asistido para abandonar la cancha, con dificultades para apoyar su pierna izquierda, luego de una colisión con Jabari Smith Jr.

El incidente ocurrió a falta de 6:57 minutos para el final del tercer cuarto, cuando Durant cayó al suelo tras una jugada bajo la canasta. Aunque logró levantarse, era evidente que no podía apoyar su peso en la pierna. El entrenador de los Suns, Mike Budenholzer, confirmó que Durant se someterá a una resonancia magnética en el tobillo izquierdo el lunes, y que no viajará con el equipo a Milwaukee para el próximo partido.

La lesión de Durant llega en un momento crucial de la temporada, con solo dos semanas y seis partidos restantes. Los Suns, que ya luchaban por alcanzar el último puesto del torneo play-in de la Conferencia Oeste, se encuentran ahora en una situación aún más comprometida, a dos juegos de distancia de los Dallas Mavericks.

Antes de su lesión, Durant había jugado 23 minutos, anotando 11 puntos y capturando ocho rebotes. A lo largo de la temporada, ha demostrado su valía, alcanzando el octavo lugar en la lista de máximos anotadores de la NBA. La incertidumbre sobre la gravedad de su lesión y su posible ausencia en los próximos partidos genera gran inquietud en el equipo y sus seguidores.