República Dominicana destaca en América Latina y el Caribe por su crecimiento económico, playas paradisíacas, clima de negocios y estabilidad política. Sin embargo, enfrenta desafíos en la calidad del servicio de internet de banda ancha, ubicándose entre los menos eficientes en la región según datos de Speedtest.
Según Omar Aracena, director de Tecnología de Martí, «La velocidad del internet es crucial para el desarrollo de cualquier proyecto, especialmente en empresas internacionales que buscan establecerse en nuestra isla.»
Hiddekel Morrison, autor del libro «Historia de las telecomunicaciones en la República Dominicana y Latinoamérica», señala que uno de los principales problemas radica en la infraestructura de telecomunicaciones. «La obsolescencia de la infraestructura, especialmente en las redes de datos, limita significativamente la velocidad de la banda ancha.»
La baja velocidad de banda ancha no solo afecta a los usuarios individuales, sino que también tiene repercusiones en la economía y el desarrollo del país. Puede obstaculizar el crecimiento de empresas digitales, la implementación de tecnologías avanzadas y la mejora de servicios educativos y de salud que dependen de una conexión rápida y estable.
«A esto se suma el impuesto al servicio de Internet y a las telecomunicaciones, que es el más alto en el país, representando un 30% del costo del servicio,» explica Aracena. «Además, el bajo nivel de inversión tanto público como privado en el sector contribuye a la obsolescencia de los equipos y la falta de innovación.»
Para mejorar la situación, Aracena sugiere que el Gobierno implemente planes de exoneración de impuestos y fomente la competencia en el mercado de telecomunicaciones. Según Morrison, la falta de competencia en el mercado dominicano limita la presión para que las empresas mejoren sus servicios.
En un mundo cada vez más digitalizado, la calidad de la infraestructura de telecomunicaciones juega un papel crucial en el desarrollo económico y social de un país.
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