Al menos 90 palestinos murieron y 300 resultaron heridos en un ataque israelí contra un campo de desplazados en el sur de Gaza. El ataque, según Israel, tenía como objetivo al jefe militar de Hamas, Mohammed Deif, considerado el autor intelectual de los ataques del 7 de octubre.

Las imágenes de Al-Mawasi, una zona designada como segura para los palestinos que huyen de los combates, muestran cadáveres en la calle y tiendas de campaña destruidas. «No puedo describir la magnitud de la tragedia», dijo un residente a CNN.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo en una conferencia de prensa que no estaba seguro si Deif había sido asesinado, pero había aprobado la operación después de recibir garantías de que no había rehenes en la zona.

El Ministerio de Salud de Gaza informó que entre las víctimas había mujeres y niños. Los hospitales locales están luchando para hacer frente a la afluencia de heridos.

Un residente llamado Hammoud describió a CNN cómo su hermano menor murió en el ataque mientras su hermana está recibiendo tratamiento por sus heridas. Otra residente, Aida Hamdi, relató cómo ella y su hija corrieron afuera al escuchar el impacto de los misiles.

Hamas negó las afirmaciones de Israel sobre el ataque a Deif, calificándolo como una «masacre horrible». En el ataque se utilizó al menos una munición de fabricación estadounidense, según identificó CNN.

El ataque se produce en un momento delicado en las negociaciones para un posible alto el fuego y un acuerdo de liberación de rehenes. Las familias de los rehenes recordaron a Netanyahu que no habría victoria antes de que los rehenes sean liberados.