El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha comenzado a recibir informes de inteligencia y seguridad nacional como parte del proceso de transición hacia su investidura el próximo 20 de enero. Según el Washington Post, estas sesiones están dirigidas por la Oficina del Director Nacional de Inteligencia, organismo que supervisa agencias como la CIA.
A pesar de su historial polémico con información clasificada, Trump inició estas reuniones pocos días después de su victoria en las elecciones del 5 de noviembre. La práctica de informar al presidente electo sobre estos temas se remonta a 1952 y busca garantizar una transición fluida en cuestiones de seguridad nacional. Durante la campaña, Trump evitó participar en reuniones de inteligencia, alegando el riesgo de ser acusado de filtrar datos confidenciales.
El republicano ya ha enfrentado críticas por episodios previos, como la revelación de documentos clasificados en 2017 durante una cena pública con el primer ministro japonés, Shinzo Abe. Además, tras dejar la Casa Blanca, se llevó cientos de documentos confidenciales a su residencia en Mar-a-Lago, Florida, lo que le valió una imputación penal por parte de un tribunal federal. Este contexto agrega controversia a su retorno al acceso de información de alto nivel.
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