El intento de asesinato contra Donald Trump ha suscitado preguntas sobre la seguridad y cómo un candidato presidencial pudo ser blanco de un pistolero a unos 150 metros de distancia, a pesar de contar con un dispositivo de seguridad del Servicio Secreto.

El portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, rechazó las afirmaciones «absolutamente falsas» de que se había denegado protección adicional a Trump antes del mitin, afirmando que la agencia había añadido recientemente recursos de protección, tecnología y capacidades nuevas a medida que avanza la campaña para las presidenciales de noviembre en Estados Unidos.

El FBI comentó en una rueda de prensa que era «sorprendente» que el pistolero hubiera podido efectuar tantos disparos antes de ser localizado y «neutralizado» por francotiradores. Tras varios informes de actividad sospechosa, la policía de Butler declaró haber respondido a las alertas de los testigos antes del tiroteo.

Donald Trump, de 78 años, pidió el domingo a los estadounidenses que permanezcan unidos tras resultar herido en el intento de asesinato, un impactante incidente que abrió un nuevo y oscuro capítulo en una carrera presidencial ya polarizada. El expresidente fue alcanzado en una oreja durante un mitin en Butler, Pensilvania. En el tiroteo, el atacante y un transeúnte murieron, y dos espectadores resultaron heridos de gravedad.

«En este momento, es más importante que nunca que permanezcamos unidos», dijo Trump en un comunicado en su red social Truth, añadiendo que los estadounidenses no deben permitir que «el Mal gane». El republicano destacó que fue «sólo Dios quien evitó que ocurriera lo impensable» y que «NO TENGA MIEDO».

El pistolero ha sido identificado como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, de Bethel Park, Pensilvania, ubicado a una hora en coche del lugar de la manifestación, según un comunicado del FBI. Se desconocen los motivos del ataque.