Este miércoles 7 de agosto, una gran movilización de organizaciones piqueteras y sindicales recorrió Buenos Aires, comenzando con las honras a San Cayetano, patrón del pan y del trabajo. La jornada, que arrancó con una misa en el barrio de Liniers presidida por monseñor Jorge García Cuerva, se convirtió en un contundente reclamo político contra el gobierno de Javier Milei.
Durante la misa, García Cuerva subrayó la necesidad de no ignorar a las «víctimas de la exclusión» y la desigualdad en el país. La movilización continuó con una marcha que se dirigió a la Plaza de Mayo, donde miles de manifestantes se congregaron frente a la Casa Rosada.
Las principales organizaciones presentes, incluyendo la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la Confederación General del Trabajo (CGT), denunciaron la situación crítica de los asalariados, señalando que “8 millones de personas padecen hambre” en Argentina. En un escenario montado frente a la sede del gobierno, los dirigentes pidieron trabajo y comida como respuestas urgentes a la crisis actual.
Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital, expresó su rechazo al gobierno de Milei, criticando sus políticas y la administración por decreto. Además, los líderes sindicales anunciaron la elaboración de un documento con propuestas para enfrentar a la «derecha enquistada» en el poder y prometieron trabajar por la unidad en las urnas.
Al final de la jornada, los dirigentes pidieron a los participantes que la desconcentración se realizara en paz, reiterando su llamado por justicia social y mejores condiciones para los trabajadores.
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