El alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció el cierre de 13 albergues para inmigrantes antes de junio, incluidos algunos de los más grandes de la ciudad, como el de Hall Street en Brooklyn, que actualmente alberga a 3,500 personas. Estos cierres se suman a otros 25 refugios que cesarán operaciones en marzo, lo que reducirá la capacidad de acogida en 10,000 camas.
Estrategias y reducción de costos
Adams atribuyó estas medidas a una disminución en el número de personas atendidas por la ciudad durante 27 semanas consecutivas, resultado de las políticas de su administración y cambios en la política migratoria federal. Estas acciones han generado un ahorro de $2,800 millones en tres años fiscales, aseguró el alcalde.
Desde 2022, la ciudad ha enfrentado un aumento masivo en la llegada de inmigrantes, superando los 229,000, lo que obligó a habilitar hoteles, aeródromos y carpas como refugios temporales. Actualmente, hay menos de 51,000 inmigrantes en albergues, frente a los 69,000 registrados en enero de 2024.
Ayuda y nuevos refugios
Pese a los cierres, se abrirán nuevas instalaciones pequeñas en El Bronx para hombres solteros que serán trasladados desde la carpa de Randall’s Island. Estas instalaciones estarán asociadas con organizaciones sin ánimo de lucro para fomentar la autosuficiencia de los inmigrantes.
Hasta ahora, Nueva York ha tramitado 95,000 solicitudes de trabajo y asilo, logrando que más del 75% de los adultos aptos tengan o hayan solicitado permisos laborales. Además, la ciudad ha comprado 53,200 billetes para trasladar inmigrantes a otros estados y ha implementado un límite de 30 a 60 días para la estadía en refugios.
Adams reafirmó el compromiso de su administración para equilibrar la ayuda humanitaria con el ahorro de recursos municipales, enfrentando una de las crisis migratorias más grandes en la historia de la ciudad.
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