Nueva York y sus estados vecinos atraviesan la peor sequía en más de 150 años, lo que ha llevado a las autoridades a emitir alertas y pedir a los ciudadanos que ahorren agua. Nueva Jersey ha declarado alerta de segundo nivel y Nueva York y Connecticut han activado el primer nivel de vigilancia. Los embalses de Nueva York están al 62% de su capacidad, comparado con el 76% del año anterior.
El clima seco, temperaturas elevadas y vientos fuertes han intensificado el riesgo de incendios forestales. En Nueva York, los bomberos combaten tres focos activos y el número de incendios ha alcanzado un récord. Nueva Jersey y Connecticut también registran un aumento significativo de incendios, lo que afecta el tráfico ferroviario y preocupa a las autoridades.
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