El canciller dominicano, Roberto Álvarez, calificó como «insensata» la petición de detener las repatriaciones de haitianos indocumentados, realizada ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el marco de la creciente inseguridad en Haití. Álvarez destacó la reciente masacre de más de 115 personas en la comunidad de Pont-Sondé, como un ejemplo de la violencia que podría desbordar las fronteras haitianas, poniendo en riesgo la estabilidad de la región.

Durante su intervención en la reunión trimestral de seguimiento a la situación en Haití, Álvarez fue categórico: «El Gobierno dominicano no puede aceptar el llamado insensato a detener las repatriaciones, lo que sería equivalente a declarar una frontera abierta y fomentar una mayor migración irregular. Los dominicanos no somos responsables de la crisis humanitaria, económica o de seguridad en Haití, aunque la hemos enfrentado prácticamente solos por décadas», señaló.

El canciller también expresó su preocupación por los limitados avances de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en Haití, a pesar de sus esfuerzos. Recordó las palabras del presidente Luis Abinader ante la Asamblea General de la ONU, donde calificó de inaceptable que los países que han tenido influencia en la situación haitiana no hayan cumplido con sus promesas.

Álvarez valoró el trabajo de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) y reiteró su propuesta de seguir apoyando al gobierno de transición y a la MSS, con énfasis en la organización de un proceso electoral. No obstante, advirtió que en las actuales condiciones de inseguridad y falta de control territorial, es poco creíble que se celebren elecciones en la fecha prevista. Subrayó la necesidad de cooperación técnica regional para garantizar un camino hacia la restauración democrática en Haití.

El canciller finalizó haciendo un llamado a redoblar los esfuerzos para apoyar al pueblo haitiano y no dejarse vencer por el panorama desafiante que enfrenta.

Álvarez estuvo acompañado en la reunión por el embajador dominicano ante la ONU, José Blanco, y la embajadora alterna, Joan Cedano, quienes respaldaron la postura firme de la República Dominicana en la defensa de su soberanía y seguridad fronteriza.