El Ejército ucraniano ha reconfigurado su posición en el frente norte de Kharkiv, anunciando su retirada de ciertas áreas tras la reciente ofensiva terrestre de Rusia el 10 de mayo. Según el Estado Mayor ucraniano, esta maniobra se realizó en respuesta al fuego enemigo y para resguardar la vida de los soldados, sin embargo, aseguran que la resistencia continúa.
Las ciudades de Lukyantsi y Vovchansk se han convertido en focos de batalla tras caer en manos rusas, mientras Ucrania refuerza su presencia en Kharkiv para contener cualquier avance adicional. A pesar de admitir la dificultad de la situación, las fuerzas ucranianas afirman que no permitirán que los ocupantes rusos se consoliden en la región.
El presidente Volodimir Zelensky ha confirmado la gravedad de la situación en Donetsk y Kharkiv, señalando que son los puntos más críticos en este momento. Mientras tanto, el Estado Mayor informa sobre contraataques en curso y control constante sobre el enemigo mediante la artillería y drones.
Analistas militares sugieren que el movimiento ruso en Kharkiv podría ser un intento de desviar las fuerzas ucranianas de otros frentes clave, como la región estratégica de Chasiv Yar en Donetsk. Esta ofensiva se produce en un momento en que Ucrania ya enfrentaba presiones en los frentes oriental y sur desde hace meses.
Aunque las autoridades ucranianas aseguran que Kharkiv no enfrenta una amenaza directa de asalto terrestre, la ciudad ha sido blanco de bombardeos rusos, especialmente contra infraestructuras energéticas. Mientras tanto, el levantamiento del racionamiento eléctrico impuesto debido a los daños de los ataques rusos muestra un intento de recuperación ante la situación.
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