El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está avanzando en levantar la prohibición de facto a los contratistas militares estadounidenses de desplegarse en Ucrania, según declararon a CNN cuatro funcionarios estadounidenses familiarizados con el asunto. Esta medida tiene como objetivo ayudar al ejército ucraniano a mantener y reparar los sistemas de armamento proporcionados por Estados Unidos.
El cambio representaría un giro significativo en la política de Biden respecto a Ucrania, en un esfuerzo por dar al ejército ucraniano una ventaja frente a Rusia. La política aún está en fase de elaboración y no ha recibido el visto bueno final del presidente Biden, según fuentes oficiales. «No hemos tomado ninguna decisión y cualquier discusión al respecto es prematura», dijo un funcionario de la administración. «El presidente está absolutamente firme en que no enviará tropas estadounidenses a Ucrania».
Una vez aprobado, el cambio probablemente se implementará este año, permitiendo al Pentágono otorgar contratos a empresas estadounidenses para trabajar dentro de Ucrania por primera vez desde la invasión rusa en 2022. Los funcionarios esperan que esto acelere el mantenimiento y las reparaciones de los sistemas de armas utilizados por el ejército ucraniano.
En los últimos dos años, Biden ha insistido en que todos los estadounidenses, especialmente las tropas de EE.UU., se mantengan lejos de los frentes ucranianos. La Casa Blanca ha buscado limitar tanto el peligro para los estadounidenses como la percepción, sobre todo por parte de Rusia, de que las Fuerzas Armadas de EE.UU. participan en los combates. Desde 2022, el Departamento de Estado ha advertido explícitamente a los estadounidenses que no viajen a Ucrania.
Como consecuencia, el material militar suministrado por Estados Unidos que ha sufrido daños importantes en combate ha tenido que ser transportado fuera del país a Polonia, Rumania u otros países de la OTAN para su reparación, un proceso que lleva tiempo. Las tropas norteamericanas también ayudan a los ucranianos en tareas logísticas y de mantenimiento más rutinarias, pero solo a distancia a través de videochat o teléfono seguro, lo cual tiene limitaciones inherentes.
Funcionarios de la administración empezaron a reconsiderar estas restricciones en los últimos meses, a medida que Rusia seguía ganando terreno en el campo de batalla y la financiación estadounidense para Ucrania se estancaba en el Congreso. Permitir la presencia en Ucrania de contratistas estadounidenses experimentados y financiados por el Gobierno de EE.UU. significaría que podrían ayudar a reparar equipos dañados y de gran valor mucho más rápidamente. Uno de los sistemas avanzados que requerirá mantenimiento regular es el caza F-16, que Ucrania recibirá a finales de este año.
Las empresas que opten a los contratos deberán desarrollar sólidos planes de mitigación de riesgos para proteger a sus empleados, dijo un funcionario. Estas conversaciones siguen a una serie de decisiones tomadas por Estados Unidos en los últimos meses para ayudar a Ucrania a derrotar a los rusos. En mayo, Biden autorizó a Ucrania a atacar objetivos dentro de Rusia con armas estadounidenses, una medida que había sido denegada anteriormente. Recientemente, el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, amplió esta política, permitiendo que Ucrania contraataque en cualquier punto de la frontera con Rusia utilizando armas estadounidenses.
Funcionarios actuales y anteriores familiarizados con las discusiones sobre el despliegue de contratistas en Ucrania enfatizaron que el cambio de política no resultará en una presencia abrumadora de contratistas estadounidenses como en Iraq y Afganistán. En su lugar, es probable que haya entre unas pocas decenas y un par de cientos de contratistas trabajando en Ucrania simultáneamente.
«Este sería un esfuerzo mucho más centrado y reflexivo para apoyar a Ucrania en el país», dijo el oficial retirado del Ejército Alex Vindman, quien se desempeñó como director de Asuntos Europeos en el Consejo de Seguridad Nacional del expresidente Donald Trump. Vindman ha estado presionando para que se levanten las restricciones durante casi dos años y dijo que la administración ha estado trabajando en un plan para aliviarlas desde principios de este año. «Ucrania es un aliado», dijo Vindman a CNN. «EE.UU. tiene intereses de seguridad nacional agudos y críticos en apoyar a Ucrania, y hay un montón de medidas de mitigación de riesgos».
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