El papa Francisco continúa evolucionando favorablemente de sus problemas respiratorios, aunque su hospitalización se prolongará por más tiempo y, tras recibir el alta, deberá guardar una larga convalecencia en su residencia, la Casa Santa Marta. Ante esta situación, en el Vaticano se analiza un “plan B” para las celebraciones de la Semana Santa, que podrían sufrir modificaciones.

La oficina de prensa de la Santa Sede aclaró que, por el momento, no hay decisiones definitivas y que las informaciones difundidas en algunos medios sobre la organización de los ritos religiosos “son solo hipótesis”. Sin embargo, la posibilidad de que el sumo pontífice no pueda participar activamente en las ceremonias sigue latente.

Francisco permanece ingresado en el hospital Gemelli de Roma desde el 14 de febrero debido a una neumonía bilateral que, aunque se encuentra bajo control, aún no ha sido erradicada por completo. Su equipo médico ha informado que ya no necesita ventilación mecánica nocturna, y se espera que el próximo parte oficial sobre su estado de salud se publique la próxima semana.

Las celebraciones de Semana Santa en el Vaticano comenzarán el 13 de abril con la misa del Domingo de Ramos y continuarán del 17 al 21 de abril, incluyendo el Jueves Santo, jornada en la que tradicionalmente el papa realiza el lavado de pies en una cárcel romana. Ante el delicado estado de salud del pontífice, la Santa Sede deberá definir en los próximos días si se implementan cambios en el programa litúrgico.