El torneo, que comenzó el 20 de junio, ha perdido parte de la emoción sudamericana que lo caracteriza al jugarse completamente en Estados Unidos. Sin embargo, el escenario de la final podría devolverle su típica energía festiva.
Nunca hubo ninguna duda de que Miami, la ciudad más panamericana del país, era el lugar ideal para albergar la final de la Copa América, que se realiza en Estados Unidos solo por segunda vez en un siglo. Pero ni siquiera los organizadores del torneo pudieron haber imaginado una final como la que se realizará el domingo por la noche entre Argentina y Colombia, dos países que, en un día cualquiera, serían recibidos como el equipo anfitrión en el sur de Florida.
“Ese estadio no se va a sentir como si estuvieras en Miami, o en Estados Unidos, en todo caso”, afirmó Juan C. Zapata, el primer colombiano-estadounidense en ser elegido para la Legislatura de Florida. “Es una final muy Miami”.
El torneo ha perdido parte de su sensación sudamericana característica al jugarse en Estados Unidos, con asientos vacíos en algunos partidos y jugadores quejándose sobre las superficies de varios campos. Sin embargo, el escenario de la final podría restaurar parte de la energía festiva típica de la Copa América.
Argentina ha capturado mayor atención de los aficionados estadounidenses de fútbol gracias a la estrella Lionel Messi, cuyo traslado a Fort Lauderdale el año pasado provocó un verdadero frenesí. Florida es el hogar de la mayor comunidad argentina del país, con unas 66.000 personas hasta 2021, pero tiene una cantidad mucho mayor de colombianos, más de 400.000. La presencia de la comunidad colombiana en el área de Miami ha dado aportes a la cocina (bandeja paisa) y la música (Shakira).
Ambas comunidades están fuertemente concentradas en el sur de Florida, donde la cultura es tan inevitablemente latinoamericana que la mayoría de los residentes, sin importar nacionalidad o etnicidad, conocen la diferencia entre una empanada argentina (harina de trigo, horneada) y una colombiana (harina de maíz, frita).
La región es una mezcla de inmigrantes del hemisferio occidental y sus descendientes, haciendo que muchas selecciones de la Copa América, con grandes poblaciones de expatriados (como Venezuela, Jamaica y Brasil), se sientan a gusto jugando en el Hard Rock Stadium, en Miami Gardens. Incluso Canadá, semifinalista del torneo, que incluye algunos equipos fuera de América del Sur, habría atraído a algunos canadienses a pesar de estar a mediados de julio.
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