Un empresario israelí ha sido acusado de conspirar con servicios de inteligencia iraníes para llevar a cabo atentados contra figuras prominentes de Israel, incluyendo al primer ministro Benjamin Netanyahu y al ministro de Defensa Yoav Gallant, según un informe del Servicio de Inteligencia Interior de Israel (Shin Bet) del 19 de septiembre.

El mes pasado, una operación conjunta entre el Shin Bet y la Policía israelí resultó en la detención de este ciudadano israelí, presuntamente involucrado en un complot respaldado por Irán. Aunque su identidad aún no ha sido revelada, se ha confirmado que tenía conexiones en Turquía y asistió a al menos dos reuniones con un influyente empresario iraní para discutir el asesinato de Netanyahu.

El empresario iraní inicialmente le propuso al sospechoso realizar misiones menores en Israel, como transportar dinero o armas a ubicaciones específicas, y amenazar a otros colaboradores israelíes que no cumplían con sus tareas. En una segunda reunión, los agentes iraníes le pidieron que ejecutara atentados contra Netanyahu, Gallant, o el jefe del Shin Bet, Ronen Bar.

El acusado solicitó un millón de dólares por llevar a cabo el plan, pero la oferta fue rechazada por los iraníes, quienes le pagaron 5.000 euros solo por su participación en las reuniones.

Este complot surge en un contexto de creciente tensión, después del asesinato del líder político del grupo islamista palestino Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán a finales de julio, un ataque que Irán atribuye a Israel.

La investigación continúa, y las autoridades israelíes están trabajando para desarticular cualquier amenaza potencial a la seguridad del país.