Juan Manuel Tejeda

En una era donde la confianza en las instituciones es fundamental para el desarrollo de nuestro país, el compromiso social de los funcionarios que acompañen al presidente Luis Abinader, en su próximo gabinete de gobierno se convierte en una prioridad ineludible. La República Dominicana, un país en constante evolución, requiere líderes que no solo comprendan las necesidades de su gente, sino que también actúen con integridad y dedicación para satisfacerlas.

El presidente Abinader, desde su toma de posesión en el 2020, ha destacado la importancia de una gobernanza centrada en el bienestar colectivo y en la transparencia. En este contexto, los incumbentes tienen una misión clara: establecer una conexión permanente con la gente, salir de sus oficinas y adentrarse en las comunidades que necesitan de su atención y recursos.

Los dominicanos hemos expresado, una y otra vez, el deseo de ver a nuestros líderes más cerca, no solo en tiempos de campaña, sino durante todo su mandato. Es imperativo que estos funcionarios comprendan que las horas de acción deben superar a las de escritorio. Ya no se trata de simpatías, sino de empatía.  Un líder que conoce de primera mano los desafíos de sus ciudadanos puede tomar decisiones más informadas y efectivas. La presencia en el terreno no solo permite una mejor comprensión de los problemas, sino que también fortalece la relación de confianza entre el gobierno y el pueblo.

El compromiso con la visión del presidente Abinader implica, además, una renuncia a las ambiciones personales. Los funcionarios deben poner en primer lugar las necesidades colectivas, adoptando la misión de mejorar la calidad de vida de todos los dominicanos como su principal objetivo. Este desprendimiento de intereses individuales es esencial para construir un país más justo y equitativo.

La sociedad dominicana demanda transparencia, honestidad y un compromiso inquebrantable con el bien común. Los nuevos incumbentes tienen la responsabilidad de responder a estas expectativas, demostrando que están dispuestos a trabajar incansablemente por un futuro mejor. Este compromiso no solo fortalecerá la democracia, sino que también sentará las bases para un desarrollo sostenible.

En conclusión, el próximo gobierno del presidente Abinader tiene una oportunidad histórica para seguir transformando la manera en que se hace política en la República Dominicana. Los funcionarios deben estar conectados con la realidad de los ciudadanos y dedicados a la misión colectiva. Solo así lograremos un país donde el bienestar de todos sea la verdadera medida del éxito gubernamental.

Por Juan Ml. Tejeda.