Jimmy Chérizier, alias Barbecue, líder de la coalición de pandillas en Haití, instó al gobierno haitiano a proporcionar servicios públicos para la clase trabajadora como un primer paso para pacificar el país, sumido en el caos. Barbecue sugirió que el primer ministro de transición, Gary Conille, debe buscar el diálogo para traer la paz a la nación.

Acusando a políticos y empresarios de utilizar la violencia para fines personales y ahora querer recuperar a la fuerza las armas que distribuyeron, Barbecue enfatizó que «el problema que existe hoy solo se puede resolver a través del diálogo».

Hace meses, Barbecue había anunciado un baño de sangre en Haití si los políticos corruptos continuaban conduciendo al país al desastre, responsabilizando a Francia, Canadá y Estados Unidos de cualquier resultado negativo. Su llamado al diálogo coincide con la llegada de los primeros efectivos de Kenya, quienes lideran una fuerza multinacional junto a la Policía Nacional de Haití para combatir la coalición de Barbecue, que controla el 80% de la capital.