El Parlamento de Corea del Sur destituyó al presidente Yoon Suk Yeol tras su controvertido intento de instaurar la ley marcial el pasado 3 de diciembre, lo que desencadenó una profunda crisis política y manifestaciones multitudinarias en el país. Con 204 votos a favor de su destitución, 85 en contra y varios votos nulos y abstenciones, el presidente queda suspendido mientras la Corte Constitucional evalúa el caso en un plazo de hasta 180 días.
El intento de Yoon de imponer la ley marcial, enviando tropas al Parlamento para impedir que los legisladores sesionaran, provocó una ola de indignación. Más de 200,000 manifestantes celebraron su destitución en las calles de Seúl, mientras que unos 30,000 seguidores se reunieron en apoyo al mandatario. Park Chan-dae, líder del opositor Partido Demócrata, calificó la decisión como «una gran victoria para el pueblo y la democracia».
Mientras tanto, el primer ministro Han Duck-soo asumirá la presidencia interina, prometiendo garantizar una gobernanza estable. Si la destitución es confirmada, Yoon será el segundo presidente surcoreano en ser removido por esta vía, tras el caso de Park Geun-hye en 2017. Sin embargo, precedentes como el del presidente Roh Moo-hyun en 2004, cuya destitución fue anulada por la Corte, dejan abierta la posibilidad de que Yoon recupere su mandato.
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