Después de dos años y medio de intensos combates, la ciudad minera de Vugledar, ubicada a unos 50 kilómetros al suroeste de Donetsk, ha caído en manos rusas, lo que genera incertidumbre sobre la estabilidad de las defensas ucranianas en el frente sudoriental.
El Ejército de Ucrania, a través de la unidad Jortitsia, confirmó la retirada estratégica con el objetivo de preservar vidas y equipamiento militar. En un comunicado en Telegram, se señaló que esta maniobra fue autorizada por el Alto Mando y permitirá tomar nuevas posiciones defensivas para continuar las operaciones en la zona.
Un frente bajo presión
A pesar de las pérdidas infligidas a las tropas rusas, las fuerzas ucranianas enfrentaban el riesgo de quedar cercadas debido a los constantes ataques del Ejército ruso, que lleva intentando capturar esta ciudad clave desde las primeras semanas de la invasión.
Antes de la guerra, Vugledar contaba con una población de 14,000 habitantes. Tras meses de bombardeos y combates, la ciudad ha quedado devastada, marcando un importante avance para Rusia en el frente oriental tras meses de operaciones lentas pero persistentes. Las miradas ahora se centran en cómo Ucrania reorganizará sus fuerzas para enfrentar esta nueva fase del conflicto.
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