Fabio Ochoa, exintegrante del cartel de Medellín, fue liberado esta semana en Estados Unidos tras cumplir 25 años de una condena de 30 por actividades relacionadas con el narcotráfico. Su caso, al igual que el de sus hermanos Juan David y Jorge Luis Ochoa, marcó una etapa oscura en la historia de Colombia, vinculada al auge y caída del narcotráfico en la década de 1980.

En 1987, Fabio Ochoa y sus hermanos aparecieron en la lista de Forbes como parte de los principales millonarios del mundo, con una fortuna estimada en US$2,000 millones. Su cercanía con Pablo Escobar, líder del cartel de Medellín, los posicionó como figuras clave dentro de esa organización criminal, de la que fueron cofundadores. Sin embargo, a inicios de los años 90, los tres hermanos se entregaron a las autoridades colombianas, logrando penas reducidas que les evitaron la extradición a Estados Unidos.

A diferencia de sus hermanos, Fabio retomó actividades ilegales tras recuperar su libertad en Colombia, lo que derivó en su extradición a Estados Unidos. Su historia ha sido inspiración para producciones como *Narcos* y *Pablo Escobar, el patrón del mal*. Más allá de la ficción, su trayectoria refleja capítulos impactantes de la lucha contra el narcotráfico en Colombia, dejando un legado que aún resuena en la historia contemporánea del país.