El 5 de abril, agentes de policía ecuatorianos irrumpieron en la embajada de México en la capital de Ecuador para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas, quien se había refugiado allí y enfrentaba una orden de detención por corrupción.
Este incidente provocó la ruptura de relaciones diplomáticas entre México y Ecuador, generando una protesta internacional por el principio de inviolabilidad de las representaciones diplomáticas.
México ha llevado el asunto ante las Naciones Unidas, solicitando la suspensión de Ecuador como miembro del organismo internacional. La petición mexicana se basa en tratados internacionales como la Carta de las Naciones Unidas, el Pacto de Bogotá de 1948 y la Convención de Viena de 1961, que garantizan la protección del personal diplomático y la resolución pacífica de conflictos entre Estados.
En su recurso, México pide a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) medidas de emergencia para proteger sus sedes diplomáticas en Quito y permitir el desalojo del personal diplomático. El consultor jurídico de la cancillería mexicana, Alejandro Celorio Alcántara, afirmó que la invasión de la embajada por parte de Ecuador «muestra el desprecio del Ecuador por las normas fundamentales del derecho internacional».
El miércoles, Ecuador presentará sus alegatos ante la CIJ. Mientras tanto, el tribunal deberá programar una fecha para pronunciarse sobre el caso.
Por su parte, Ecuador ha presentado una demanda contra México ante la CIJ, alegando que el país violó sus obligaciones internacionales al otorgar asilo a Jorge Glas. El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, defendió el asalto a la embajada como necesario para evitar la fuga de Glas, ofreciendo resolver cualquier disputa con México.
La disputa entre ambos países se intensifica en la escena internacional, mientras la CIJ prepara para escuchar los argumentos de ambas partes en los casos presentados.
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